Las incubadoras son equipos de laboratorio que sirven para mantener y hacer crecer cultivos microbiológicos o cultivos celulares, regulando factores de crecimiento viables como por ejemplo la temperatura, la humedad y la ventilación.
Existen incubadoras que tienen la capacidad de controlar temperaturas extremadamente bajas (incubadoras microbiológicas), humedad y niveles de dióxido de carbono (incubadoras para cultivos celulares). Las incubadoras microbiológicas se usan principalmente en el crecimiento y almacenamiento de cultivos bacterianos a temperaturas entre 5 y 37 ºC. Por su parte las incubadoras para cultivo celular trabajan a temperatura de 37 ºC, simulando las condiciones de la temperatura corporal.
Las incubadoras de laboratorio se utilizan mucho para aplicaciones de biología, como por ejemplo para cultivos celulares y de tejidos, para estudios farmacéuticos y hematológicos, para estudios bioquímicos, procesamiento de alimentos y aireación de células, también se utiliza para estudios animales, estudios de solubilidad y de fermentación como también para cultivos de bacterias.
Las incubadoras se usan ampliamente para el estudio de cultivos de tejido que involucran la extracción de fragmentos de tejido animal o vegetal y para guardar estos “explantes” (por ejemplo células aisladas de una porción de tejidos) en ambientes controlados (temperatura, pH, CO2 y humedad) y subsecuentemente analizar su crecimiento.
Las incubadoras de CO2, tienen como objetivo principal simular las condiciones fisiológicas de los mamíferos, desafortunadamente, los ambientes creados dentro de estos equipos también son ideales para la proliferación de ciertos contaminantes biológicos.
Usos y funcionamiento de estos equipos
Como se mencionó anteriormente desarrollar y mantener cultivos microbiológicos y celulares es posible en los laboratorios gracias a la presencia de las incubadoras, quienes no sólo controlan la temperatura y humedad del ambiente en que se almacenan las muestras, sino que también son capaces de controlar el Co2 y oxígeno presente. Los usos más comunes para estos equipos son trabajos experimentales en biología celular, microbiología, y biología molecular. En la incubadora se pueden mantener y desarrollar bacterias como el Escherichia coli, levaduras o células humanas. Esto es posible gracias a su variación de temperatura, las cuales pueden ir desde los 5°C hasta los 100°C en algunos equipos más avanzados.
Otros usos importantes para las incubadoras son los estudios de células madres, la incubación de anticuerpos en tejidos, diagnóstico de patógenos dañinos como bacterias y gérmenes, así como investigaciones farmacéuticas y hematológicas.
Las modalidades de funcionamiento básicas de una incubadora son generalmente la convección natural, en donde el flujo de aire es generado por una diferencia de temperatura y la convección forzada, en la cual se utiliza un equipo externo como un ventilador o bomba de enfriamiento para crear una corriente de aire.
Las incubadoras en la actualidad
Debes tener en cuente existe una gran variedad de incubadoras, dependiendo del uso que se le quiera dar. En el laboratorio, las más utilizadas son la incubadora seca, la cual simula temperaturas que permiten el desarrollo o mantención de las células, la incubadora húmeda de Co2, ideal para muestras como placas petri o microplacas y la incubadora termo-agitadora, que además agita la muestras de manera uniforme, obteniendo una mezcla homogénea durante el proceso de incubación. Los cuidados mínimos para estos equipos de incubación y que harán más larga su vida útil, son implementar un controlador de corriente, para evitar cortes inesperados en el suministro eléctrico, cuidarlos del derrame de sustancias corrosivas que dañen los equipos y siempre regular la temperatura para prevenir sobrecalentamientos.
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