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Bioquímica de Reactivos Sanguíneos: Conceptos Fundamentales

La bioquímica de los reactivos sanguíneos es una parte importante de la medicina moderna. Los reactivos sanguíneos tienen una gran variedad de ejemplos inherentes a la saliva, la sangre y otros fluidos corporales, como la orina. Los resultados de los reactivos sanguíneos usualmente son la base para un diagnóstico médico. Los reactivos sanguíneos se usan para detectar y cuantificar los cambios en el metabolismo de la glucosa, los lípidos y los electrolitos.

Estos reactivos también se usan para diagnosticar enfermedades infecciosas, detectar el embarazo, evaluar la función renal o el riesgo cardiovascular y mucho más. En este artículo se ofrece una descripción general de los principios fundamentales de la bioquímica de los reactivos sanguíneos, y explora algunos de los métodos y principios de la prueba utilizados para detectar enfermedades específicas.

¿Qué son y cómo se realizan los reactivos sanguíneos?

Los reactivos sanguíneos son moléculas usadas para realizar una prueba química para determinar información importante para un diagnóstico médico. Estos reactivos son esencialmente líquidos que contienen ciertos compuestos químicos usados para evaluar una muestra de sangre. Estas pruebas son ensayos sensibles para detectar anormalidades metabólicas o marcadores de enfermedad específica.

Los resultados de las pruebas de reactivos sanguíneos se pueden utilizar para diagnóstico y monitoreo de enfermedades crónicas, tales como diabetes mellitus, hipertensión arterial o enfermedad renal. La prueba de reactivos sanguíneos generalmente implica el uso de una muestra de sangre extraída de un brazo del paciente.

Una vez que se recolecta la muestra, se realiza una prueba para determinar los niveles de sustancias químicas específicas en la sangre. Esto se logra mezclando los reactivos con la muestra de sangre y midiendo los cambios químicos en ella. La reacción química genera ciertos cambios, como una coloración, que se interpretan como resultado de la prueba. La técnica de la prueba de reactivos sanguíneos se conoce como el método de prueba in vitro.

Principales principios de los reactivos sanguíneos

Los principios fundamentales de los reactivos sanguíneos se basan en los principios generales de la química. El método de prueba in vitro emplea la mezcla de un reactivo con un sustrato o «material de prueba». Esta mezcla da como resultado un producto específico no deseado, que se interpreta como una señal. Estas señales pueden ser cambios en el color u otras características de la reacción química. Los reactivos comunes utilizados para estudiar los reactivos sanguíneos incluyen electrolitos, enzimas, sustancias de contraste y quelantes.

Los electrolitos son los iones solubles en líquidos, como los ácidos, bases y sales, que se usan para estudiar los electrolitos en el cuerpo humano. Estas pruebas se emplean para medir el pH, la presión osmótica, iones como el sodio, potasio y cloro, y otros iones orgánicos como el lactato y el anión sulfato. Otra aplicación importante de los electrolitos en los reactivos sanguíneos es la prueba de glucosa en sangre, una prueba rutinaria utilizada para diagnosticar la diabetes mellitus.

Las enzimas son proteínas útiles en la bioquímica de los reactivos sanguíneos. Estas proteínas se unen a determinadas sustancias y catalizan una reacción química, es decir aumentan la velocidad de las reacciones químicas. Algunos de los usos de las enzimas en los reactivos sanguíneos incluyen la detección de condiciones, como la función hepática, el patrón de lipoproteínas en la sangre, infecciones víricas y toxinas bacterianas.

¿En qué consiste el uso de sustancias de contraste y de quelantes en las pruebas de reactivos sanguíneos?

Las sustancias de contraste son otro componente importante en la bioquímica de los reactivos sanguíneos. Estas sustancias generalmente son iones divergentes, que se pueden mezclar con los reactivos sanguíneos para generar una señal visible. Estas señales pueden ser cambios en los colores del reactivo o una reacción química que da lugar a la formación de un precipitado. Un ejemplo de la aplicación de esta técnica es para estudiar el metabolismo de la glucosa, donde se utiliza la glucosa marcada con una sustancia de contraste para el seguimiento del metabolismo a través del cuerpo.

Los quelantes son sustancias químicas solubles en agua, como sales de EDTA y sales de ácido orgánico, que se usan para estudiar el metabolismo inorgánico. Estas sustancias se emplean para medir los niveles de hierro, calcio, magnesio y otras sustancias en la sangre. Los quelantes también se usan para detectar infecciones o enfermedades crónicas en una sola prueba. Esto se logra desplazando metales específicos y liberando proteínas en la sangre, con el fin de detectar ciertas anomalías en la química.

Los reactivos sanguíneos son una herramienta muy útil en la medicina moderna. Estos reactivos se usan para detectar y cuantificar los cambios en los sistemas químicos presentes en el cuerpo. Estos pueden resultar de cambios en el metabolismo, infecciones, enfermedades crónicas o incluso el embarazo. Las pruebas de reactivos sanguíneos también se usan para monitorear los tratamientos y evaluar el estado general de un paciente.

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